PRP para diástasis abdominal: anatomía, evidencia y futuro

Conoce la anatomía de la diástasis de rectos, el mecanismo regenerativo del PRP y el estado actual de la investigación para su uso clínico.


1. ¿Qué ocurre a nivel anatómico cuando hay diástasis abdominal?

La diástasis de rectos abdominales no es una lesión, pero sí un desajuste funcional. Consiste en la separación excesiva entre los músculos rectos del abdomen —los que comúnmente llamamos “tableta”— a causa del estiramiento y debilitamiento de la línea alba, ese tejido conectivo que actúa como una especie de cremallera entre ambos lados del abdomen.

Durante el embarazo, por ejemplo, este ensanchamiento es completamente fisiológico: el cuerpo necesita espacio para alojar la vida que crece dentro. Pero cuando la distancia inter-recti (IRD) no se recupera tras el parto —y supera los 2 cm al realizar una contracción abdominal—, puede hablarse de una diástasis persistente.

Esta separación debilita el centro funcional del cuerpo, comprometiendo la estabilidad del core y afectando directamente estructuras asociadas: aumenta el riesgo de hernias, genera molestias lumbares y puede favorecer síntomas de disfunción en el suelo pélvico, como sensación de peso, incontinencia o dificultades sexuales.

El diagnóstico puede realizarse mediante palpación clínica (con maniobras específicas al elevar el tronco en decúbito) o por medio de ecografía musculoesquelética, que permite observar con más precisión el grosor y comportamiento de la línea alba en reposo y en contracción.



2. ¿Cómo funciona el PRP en la regeneración de tejidos?

El plasma rico en plaquetas (PRP) es un concentrado biológico que se obtiene de la propia sangre del paciente (por eso es autólogo). Se centrifuga para aislar las plaquetas, que son células encargadas de mediar los primeros pasos en la reparación de tejidos.

Cuando estas plaquetas se activan, liberan una cascada de moléculas clave conocidas como factores de crecimiento: entre ellos, el PDGF (factor derivado de plaquetas), el TGF-β (factor transformador del crecimiento beta) y el VEGF (factor de crecimiento endotelial vascular).

Estos factores no solo ayudan a modular la inflamación, sino que además estimulan la proliferación de fibroblastos, la síntesis de colágeno y la formación de nuevos vasos sanguíneos. Es decir, crean un microambiente ideal para que el cuerpo repare lo dañado con sus propios recursos.

Por eso, el PRP se ha utilizado en múltiples áreas de la medicina: desde lesiones musculares hasta dermatología, pasando por odontología, ginecología regenerativa y cirugía plástica.



3. ¿Por qué podría funcionar para la diástasis abdominal?

La lógica es prometedora: si aplicamos PRP en la zona de la línea alba —ese tejido que une los rectos abdominales—, podríamos mejorar su calidad estructural y resistencia mecánica.

El PRP actuaría sobre el tejido conectivo estimulando la producción de colágeno tipo I y III, fundamentales para restaurar la tensión y elasticidad de la línea alba. En lugar de buscar simplemente que los músculos se acerquen, el objetivo sería reforzar el “puente” que los mantiene unidos, para evitar que se sigan separando en situaciones de presión abdominal (como cargar peso, estornudar o entrenar sin control).

Además, los efectos antiinflamatorios del PRP podrían limitar procesos catabólicos que degradan colágeno, ayudando a preservar la matriz extracelular y a mejorar la respuesta de los tejidos blandos a los tratamientos físicos o funcionales complementarios.



4. ¿Se ha probado? Estado actual de la evidencia científica

A día de hoy, no existe una base robusta de estudios clínicos aleatorizados (RCTs) que evalúen de forma sistemática la aplicación exclusiva de PRP en casos de diástasis abdominal. Lo que tenemos son estudios preliminares, reportes de caso y presentaciones en congresos, que ofrecen resultados alentadores, pero todavía anecdóticos.

Uno de los antecedentes más citados es un abstract de 2017, donde se combinó la técnica de reeducación Tupler (una forma de ejercicio específico para cerrar la línea alba) con infiltraciones de PRP en mujeres postparto. Los autores reportaron mejorías clínicas y reducción subjetiva de la IRD, aunque no se incluyeron mediciones objetivas ni seguimiento a largo plazo.

Sin embargo, en el campo de la cirugía plástica abdominal sí hay más evidencia: se ha observado que el uso de PRP mejora la cicatrización, acelera la integración de tejidos y reduce complicaciones postoperatorias. Dado que la línea alba comparte composición fibrótica con estas zonas, se intuye que podría beneficiarse de forma similar.



5. ¿Qué podemos esperar a futuro?

Los próximos pasos deberían enfocarse en diseñar ensayos clínicos controlados que establezcan parámetros claros: ¿Qué concentración de plaquetas es más eficaz? ¿Cuántas sesiones son necesarias? ¿Debe combinarse con ejercicio terapéutico o dispositivos compresivos?

También es clave definir técnicas estandarizadas de aplicación ecoguiada, que aseguren una infiltración homogénea y específica en el plano deseado, sin dañar estructuras vecinas como fascia, músculo o nervios superficiales.

Si se demuestra su eficacia, el PRP podría convertirse en una herramienta intermedia entre la rehabilitación física y la cirugía, ofreciendo una opción regenerativa mínimamente invasiva para mujeres que buscan recuperar funcionalidad sin pasar por el quirófano.



6. Precauciones, riesgos y consideraciones clínicas

  • Es fundamental usar kits aprobados y sistemas cerrados certificados por organismos reguladores (como la AEMPS) para garantizar esterilidad, concentración óptima de plaquetas y ausencia de contaminantes.
  • Los efectos secundarios más comunes incluyen dolor local transitorio, inflamación leve o hematoma. Un riesgo más infrecuente, pero relevante, es la formación de fibrosis no deseada si la infiltración no es precisa o se realiza en exceso.
  • Existen contraindicaciones absolutas y relativas: trastornos de coagulación, infecciones activas, enfermedades autoinmunes o inflamatorias crónicas y presencia de tumores deben descartarse previamente.
  • Dado que no hay suficiente evidencia publicada, el consentimiento informado debe ser exhaustivo. Es clave que la persona entienda que se trata de una intervención en desarrollo, sin garantías de éxito ni protocolos validados universalmente.



📚 Referencias

  1. Radiopaedia. Diastasis recti: definición y mecanismos anatómicos. radiopaedia.org/articles/diastasis-recti?lang=es

  2. Cleveland Clinic. Diastasis recti: causas, diagnóstico y tratamiento conservador. my.clevelandclinic.org/health/diseases/22346-diastasis-recti

  3. ScienceDirect. The regenerative mechanisms of platelet-rich plasma: A review. sciencedirect.com/science/article/pii/S104346662100140X

  4. SciELO España. Evolución de la cicatriz quirúrgica en abdominoplastia tras infiltración de PRP. scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0376-78922016000400004&script=sci_arttext

  5. AEMPS (2023). Regulación de sistemas cerrados para obtención de PRP. aemps.gob.es/…/plasma-rico-en-plaquetas-prp/ 


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Categorías: : Diástasis, Medicina Regenerativa, Postparto